Si trabajas en producción, nos preocupábamos por tu productividad, no tu sonrisa o apego al trabajo. Podías caminar cabizbajo, derrotado y aún así conseguir un aumento de sueldo si tu productividad era buena.
YA NO MAS
Tu actitud es ahora un oferente, es ahora lo que vendes. Cuando pasas por esos edificios corporativos y ves a los jóvenes buscando trabajo con una mueca en la cara, es tentador decirles que le ahorren tiempo a todos y mejor se vayan a casa.
La labor emocional de comprometerse con el trabajo e incrementar la energía en la oficina es precisamente lo que vendes. Así que... VÉNDELO
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